SE ACABÓ LA GUARDE
Aunque esta columna irá firmada por mí, me consta que muchos padres y madres se unen a mi rúbrica por la satisfacción y la tranquilidad que le ha supuesto durante el tiempo que sus hijos han pasado por este centro de educación. Porque ha sido eso, un centro educativo con todas las garantías, no un local donde te recogen a tu hijo durante unas horas porque estás trabajando.
Desde el primer día han sido un apoyo familiar en la educación de nuestros hijos; allí han dado sus primeras cucharadas solos, nos han ayudado en la siempre engorrosa tarea de quitarle en pañal, nos quedamos a cuadros cuando un día en el desayuno nuestros hijos, chapurreando, malentendemos que no quiere una galleta redonda, que la quiere cuadrada, nos dicen que nos subamos a la acera porque por la carretera, la calle, vienen los coches y sobre todo aprenden a convivir, compartir, jugar y desenvolverse en su hábitat natural.
En Torrejoncillo, las familias o al menos la mía, que por circunstancias laborales o no, hemos optado estos años por dejar a nuestros hijos en “la guarde” hemos tenido la certeza en todo momento de que estaban en muy buenas manos, en las mejores.
No quisiera despedirme sin suplicarle al Ayuntamiento que sigua invirtiendo en este centro para conservarlo, mantenerlo y mejorarlo en todo lo posible. Los niños de hoy serán los adultos del mañana.