
QUE NOS QUITEN LO BAILAO
Un año más nos encontramos inmersos en plenas fiestas de agosto, la semana de las fiestas de los pueblos por excelencia en España. La localidad que no celebra las suyas estos días, tiene a mano una vecina que sí lo hace, por lo que raro es el españolito que no disfruta en estas fechas de momentos de esparcimiento, descaso y diversión.
Por aquí somos de toros y sin lugar a dudas, es lo que mayor poder de convocatoria tiene. A la hora que los quieras soltar, allí vas a tener a un puñado de adeptos, fieles de todas las edades, pendientes de lo que hace el animal.
En una mesa redonda hace unos años sobre el mundo del toro en una semana cultural, decía un contertulio “en este salón de actos de la casa de cultura estaremos entre 20 y 30 personas, suelta una vaquilla, como si quieres una cabra y veras como no se llena este, sino cinco salones de actos como este”. Y me temo que tenía razón.
Quince toros, cabestros, encierros, recortadores, etc; unas fiestas bien servidas para los amantes de lo taurino, en las que esperemos que el primer caballo de batalla a la hora de organizarlas haya sido la seguridad de los ciudadanos; la diversión viene rodada y la calidad del ganado…, hasta que no salgan a la plaza, no lo sabremos.
En unos momentos en los que la incertidumbre de lo que pasará mañana está presente en muchos de nuestros hogares, os invito a que esta semana la apartéis en la medida de lo que os sea posible y disfrutéis de las cañas, de los amigos que lleváis tanto tiempo sin ver, de la familia, de los toros, a los que les guste… y no os preocupéis que el lunes 17 de agosto volveremos a estar igual, pero por lo menos diremos, “que nos quiten lo bailao”. Felices fiestas.
José Pedro Martín Lorenzo.