
RETO CONSEGUIDO

Todo salió según lo previsto, mejor dicho, se superaron todas las previsiones pulverizándose los tiempos de paso marcados.
Pedro José Hernández, el ideólogo de esta prueba, fue el encargado de tomar el testigo en la primera parte de la misma y se lo tomó como si fuera una carrera de 10 km. Quizás la emoción del momento, tantas y tantas horas de preparación se hacían realidad en ese instante y dio rienda suelta a sus instintos atléticos innatos.
El primer pueblo que cruzaron fue Monesterio. Apoteósico, como si la caravana ciclista de la Vuelta a España hiciera aparición, en esta localidad todo el mundo se echó a la calle a aplaudir a estos campeones. Banderas del pueblo saharaui por doquier, alegría a raudales y la autoestima de los protagonistas por los cielos. Estaban comprobando con sus propios ojos que su iniciativa merecía la pena.

A las 5:20 h. estaba previsto el paso por El Puerto de los Castaños, gracias a los teléfonos móviles muchos torrejoncillanos se presentaron alrededor de las tres de la madrugada. Presenciaron el paso de los corredores y se degustó un café bien caliente que la organización ofreció a todos los allí reunidos. A pesar de la hora más de medio centenar de personas acudieron a este reclamo deportivo.
A partir de este momento empezaron a aminorar el ritmo puesto que la convocatoria para el público en la llegada era sobre las doce memos cuarto y si seguían así en meta se iban a encontrar solos.
Como era de prever, la llegada fue multitudinaria, múltiples medios de comunicación, público en general y sobre todo muchos torrejoncillanos, entre ellos el alcalde que estuvo en la salida y la llegada, no quisieron abandonar a este grupo que con sus piernas y una idea han logrado captar la atención de muchos extremeños.
Enhorabuena a todos, no sólo a los que corrieron, sino a toda la comitiva (logística, fotógrafos, personal médico, personal de investigación, colaboradores, etc) que han hecho posible una aventura tan apasionante con un trasfondo tan loable.