POR SI ALGÚN DÍA VAIS A LA CÁRCEL…

Acudimos a la cárcel una vez a la semana, siempre los viernes, y nos entrevistamos con los presos que lo hayan solicitado. En el Centro Penitenciario de Cáceres se lleva prestando el servicio desde octubre de 2005, y os aseguro que he tenido consultas y entrevistas de lo más variadas.

La Prisión de Cáceres es pequeña si la comparamos con Soto del Real o la de Alcalá-Meco. Recuerdo la primera vez que fui. La sensación que tuve es que la prisión es idéntica a las que salen en las películas, según vas entrando se van cerrando puertas detrás de ti, cruzas el patio, y más puertas que se cierran… y por si fuera poco, estando en el locutorio realizando las consultas, veo como una especie de revuelo, los funcionarios corriendo de un lado para otro, pensé ¿no se habrán amotinado y yo aquí…? Pues no, no se trataba de ningún amotinamiento, el revuelo era porque un interno se había suicidado, que no sé yo qué era peor…

El primer interno que atendí me contaba que llevaba toda su vida en prisión. Tenía 48 años y 30 los había pasado en la cárcel. La última vez que había salido en libertad, en una misma semana cometió siete robos, así que de vuelta a la cárcel.

Por supuesto, la mayoría te dicen que no han hecho nada, que están en prisión por una confusión. Uno me decía que “lo habían encerrado por comprar un móvil robado”; otro, “que tenía una navaja en la mano, que estaba pelando una fruta, se le fue la navaja y sin querer le pinchó, pero… fue sin querer”. Pero si algo es cierto, es que al día de hoy nadie va a la cárcel si no ha cometido algún delito, es muy difícil estar preso sin haber delinquido.

Otras veces los internos sólo quieren que les escuches, más que de abogado haces de psicólogo. Uno de ellos, un señor muy inteligente, tan inteligente que ha perdido el norte (creo yo), lógicamente está en prisión por un delito de estafa, pero él se piensa que la culpa la tiene “La Gran Máquina o La Gran Berta o My grand friend que nos maneja a todos”, -como me decía- “metieron sus datos y le tocó, igual que a otros le toca la lotería, ir a prisión”.

Por si acaso eres un travesti, aunque te operes los pechos, pero no estás operado del todo, y en tu D.N.I. sigues siendo hombre, que sepas que irás al módulo de hombres. Tuve un cliente que era “monísima” con sus grandes pechos de silicona, su pelo largo, su cinturita… escultural; sin embargo no está operado del todo y está en el módulo de hombres para ella/él ese módulo es perfecto. Y además si el trabajo que te dan es el de monitora de aeróbic, imaginaros el revuelo… con sus pantaloncitos cortos, sus top de lycra ajustados, pues todos los hombres del módulo a hacer aeróbic. Tuvieron que darle otro destino, y ahora está en la peluquería.

Y estas son algunas de las anécdotas de mi paso por prisión una vez al mes, merece la pena conocer a esta parte de la sociedad, valoras más tu libertad.