LOS APÓSTOLES DE ACCIÓN CATÓLICA
Se denominaba Acción Católica a una organización laico-apostólica instituida por Pío XI en la Encíclica “Ubi Arcano Dei Concilia” (1922), y que no es otra cosa “ sino la ayuda que prestan los seglares a la jerarquía eclesiástica en el ejercicio del apostolado”.
La actividad de los hombres y mujeres de Acción Católica se vio incrementada durante el franquismo, tomándose muy en serio eso de salvaguardar la moral y las buenas costumbres.
Los hombres de la susodicha organización elevaron un escrito al pleno del Ayuntamiento, que se recoge en el correspondiente Libro de Actas de las Sesiones plenarias. La instancia lleva fecha de 21 de Noviembre de 1956:
“…por el cual interesan, que por las Autoridades locales competentes se ponga remedio y sean adoptadas las medidas oportunas en relación con la no observancia por parte de este vecindario de lo legislado en la materia sobre el Descanso Dominical. Enterados los señores concejales y con conocimiento pleno de que en cumplimiento a órdenes emanadas de la Alcaldía se está llevando a cabo en este pueblo por los Agentes de su autoridad una estrecha vigilancia para que por todos los vecinos sean cumplidos los preceptos establecidos para el Descanso Dominical, cual lo corrobora el hecho de las frecuentes denuncias que dichos Agentes vienen presentando en la Alcaldía por infracción de estos preceptos, las cuales y en cumplimiento a lo que está ordenado son elevadas a la superioridad para su resolución definitiva, acuerdan por unanimidad siga intensificándose la vigilancia dicha, así como la publicación de bandos al respecto, a fin de recordar una vez más al vecindario y llevar al ánimo de éste, la obligación en que se halla al más exacto cumplimiento a cuanto en materia y en orden al Descanso Dominical está legislado”
Ni que decir tiene que estos apóstoles de Acción Católica se ocupaban de hacer que se respetaran tanto las leyes que emanaban de Franco, como las que venían dadas directamente por Dios.
También las damas de Acción Católica enviaron un escrito de queja al Ayuntamiento con la misma fecha que el anterior. Versa el escrito sobre los bailes y la actuación de animadoras durante las fiestas de “La Encamisada” ( siento no poder decirles si las finas eran las señoras o el Secretario del Ayuntamiento). Se quejaban las buenas señoras de que
“…siendo este un pueblo eminentemente cristiano, de arraigada fe y tradición católica, no debieran permitirse por las autoridades locales, la celebración de bailes ni actuación de animadoras en esta localidad durante referidas fiestas religiosas, ya que ello es atentatorio contra la moral y buenas costumbres de nuestro pueblo y cuyos extremos ponen en conocimiento del Pleno de la Corporación, a fin de que por la misma sea adoptada con relación a este asunto el acuerdo municipal más procedente”
Pero, Señoras mías, ¿Qué tienen de malo unos bailecitos de nada, qué tienen de malo las majorettes con esos desfiles suyos tan marciales, porque serán majorettes, no?
El caso es que la Corporación discutió el asunto largo y tendido, pues más de algún edil en su fuero interno se negaría a no poder disfrutar de las habilidades de las animadoras, y tomó el siguiente acuerdo:
“Primero: Que en honor a la moral, buenas costumbres y espíritu católico de que siempre hizo gala éste nuestro pueblo, queda prohibida la actuación de animadoras en bailes públicos, cafés y otros lugares de expansión y recreo en esta localidad en cualquier época del año y
Segundo: Que con el fin de que la noche de “La Encamisada” (para mí que el fino va a ser el Secretario), transcurra con la decencia y el decoro que debe ser característica de un pueblo cristiano, queda prohibida la celebración de los bailes que en esta noche y con motivo de tal festividad venían celebrándose en años anteriores…”
Bueno, vamos a ver, un momentito que me recupere, que me están entrando como sofocos: ¿Ustedes han leído lo mismo que yo, verdad? ¿Han leído animadoras? ¡ Madre de Dios Soberana!, como decía mi abuela; entonces, ¿ son majorettes o vedettes? ¡ Con razón se quejaban las piadosas damas de la Acción Católica! ¡ Animadoras en plenas vacas gordas del régimen del Generalísimo!
¡Sí, eso es, señor Alcalde, estas cosas hay que cortarlas de raíz: ni en “La Encamisada” ni durante el resto del año, a ver si por unos bailes nos vamos a cargar la moral y las buenas costumbres, que ya sólo eso nos faltaba!
