¿Cambió el veraneo en Torrejoncillo?
La pregunta que lanzamos para el mes de Julio es la siguiente: ¿Ha cambiado el veraneo en Torrejoncillo en las últimas décadas? Varios pringones nos dieron su opinión sobre si ahora viene más o menos gente al pueblo, si duran más en él o menos, qué hacen cuando llegan y que hacían, anécdotas de su juventud y el verano, etc.
Silvia Hernandez Moreno (Dependienta): En mi opinión aunque el veraneo en Torrejoncillo sigue teniendo su encanto y somos como siempre un pueblo rico en juventud y actividades para amenizar el verano, si es cierto que los veranos de mi juventud me gustaría que los hubieran conocido las nuevas generaciones. Eran tres meses de principio a fin en los que el pueblo se llenaba de vida, las vacaciones para los forasteros-torrejoncillanos empezaban a mediados de junio y se alargaban hasta septiembre, las piscinas estaban a rebosar cada día, las calles se llenaban de gente jugando en sus plazuelas y podíamos salir cada día porque siempre había ambiente. Los fines de semana eran días de auténtico gentío en cada uno de sus bares y en las Fiestas de Agosto todos los días se podían igualar en ambiente. Esos toros nos emocionaban con sus peñas taurinas, disfrutabamos bailando en todos los bares canciones del verano, teníamos dos discotecas, una terraza de verano enorme llamada Las Hiedras, acabábamos la noche en Las Peñas con una manguera y podíamos desayunar churros en La Avenida, todo esto para poder esperar a que saliera la vaquilla de los azules sin dormir. ¡De todos modos los veranos en Torrejoncillo siempre serán especiales!
Gemma Moreno Cordero (administradora del grupo Siempre Torrejoncillo): Pues yo creo que han cambiado muchísimo los veranos. Yo de pequeña iba un mes entero, me encantaba cuando mis padres me llevaban a comprarme el flotador para ir a las piscinas y jugábamos al fútbol y a las cartas en la calle. Después empecé a salir de fiesta hasta tarde, vivir los toros por la noche, encontrar grandes amistades para toda la vida. No se podía entrar en las discotecas, estaban hasta arriba de gente, las terracitas de los bares, acabar la noche en el bar Las Peñas. ¡Grandes recuerdos! Ya evidentemente vengo mucho menos tiempo y creo que el resto también. La gente ni se asoma a las discotecas, están de botellón o en su peña. La crisis ha hecho mucho daño.
Maria José Laso Soria: Recuerdo que cuando eramos pequeños saliamos al fresco y jugabamos a algo que no hiciesemos mucho ruido porque algunos mayores se levantaban temprano. Juegos como las cartas, la oca. Luego esperabamos a que viniesen los forasteros porque para nosotros eran como otra especie, comian helados todos los dias, salian a los bares, etc. Ahora lo que veo es que vienen menos tiempo y a comerse los helados de la abuela y a cargar el coche con todo lo que pueden. Os cuento algo que me ha quedado marcada, la siesta era sagrada y no te dejaban ir a la piscina hasta que no acababa el coche fantastico (te gustara o no). En aquellos tiempos no te llevaban en coche, todos los niños en riada hasta las piscinas.
May Macías Martín (Profesor de Geografía e Historia): A mi forma de ver el verano en Torrejoncillo ha ido evolucionando a lo largo de los años (como todo en esta vida). A finales de los 80 y principio de los 90 los emigrantes venía más días al pueblo. En los últimos años la gente de fuera apenas vienen la semana de los Toros y una vez terminada la semana se vuelven a su lugar de residencia habitual o a continuar sus vacaciones en otro lugar (playa). En este sentido parecía que el verano era más largo ya que la llegada de los emigrantes al pueblo suponía «nuevos aires» para Torrejoncillo y parecía que el verano comenzaba y terminaba con la presencia de ellos en suelo pringón. Desde en punto de vista más personal, mi verano en Torrejoncillo se podría concretar en tres palabras: Fútbol, Peña, La Cruz. Fútbol: Todos los veranos existían las jornadas deportivas en las cuales participaba en diferentes deportes, fundamentalmente el fútbol. Son míticos los equipos de la época: La Isla, Los Piturrocas, Gefiscal, Las hormigas, El Depósito, El Milán. El segundo término era la Peña de los Toros. En primer caso la Avispa y luego la NPI. Desde los primeros días de agosto comenzábamos a preparar la casa y a comprar todo. Era una excusa para estar con los amigos. El último concepto era la Cruz. Todas las noches de verano nos uníamos en la zona de la histórica Cruz de «la Mari» para jugar a las máquinas, comprar chuches y sobretodo echarnos unas risas con los amigos.
Monica Utrera Vergel: Yo opino que no ha cambiado mucho, gente el el fresco, niños jugando al toro, piscinas llenas en el mes de agosto, colchones y gente en las puertas de las peñas. «Forasteros» mas o menos los de siempre, los que vienen todo el mes de agosto y los que vienen solo a las fiestas, pero seguro que alguno le preguntas que es barruntar y te dira que untar con barro, o si lo llevas por la Mina o por San Sebastian ya no sepa volver a su casa. En definitiva lo que ha cambiado para mi ha sido mi percepción del verano, no es lo mismo un verano con quince años y cero responsabilidades, que un verano con niños, trabajo, casa, etc.
Vanesa Vergel Laso (Panadera):Hace unos años, la gente venia desde que se acababan las clases hasta después de los toros; se pasaban casi dos meses aquí, con lo cual, el pueblo estaba lleno de gente en verano. Los días normales se iba a la piscina y por la noche el sitio de reunión era La Cruz, Las Peñas y Las Hiedras. No es que tuviésemos mucho dinero, pero siempre estábamos en los bares, no había botellón. Ahora, la gente viene una semana o, a lo sumo, 15 días, en torno a los toros, se sale menos y lo que mas abunda es el botellón, la forma de divertirse y de salir ha cambiado bastante, hay menos gente en verano que antes.
Creo que tenemos un defecto muy grande,nos anclamos demasiado al pasado y no disfrutamos del presente,y el futuro ya llegara, como dice alguien que contesta, nos es lo mismo con 15 ,18 ,que con 40 años, el verano como la vida misma hay que encararla con optimismo, si nos detenemos hay muchas cosas para disfrutar:la familia, los amigos ,la piscina, los amigos, los vecinos, el pantano ,los alrededores,las calles con sombra… tantas y tantas ,y tan bonitas,disfruten de todo ello.
Desde mi punto de vista los veranos han cambiado mucho, y la forma de veranear también! Yo recuerdo con especial alegría las grandes fiestas que organizaban las peñas para todo el pueblo; El Pechín y Senfe, grandes fiestas de disfraces que esperábamos cada año! Luego, las calles estaban vivas, podías salir todos los días a tomar algo, todos los días encontrabas gente en las terrazas… Las Hiedras y Las Peñas fueron lugar de encuentro obligado!! Los toros, pues habiendo muchos menos eventos taurinos, para mi gusto eran mucho mejores, más animados, menos peñas pero más unidos… al final va a ser cierto eso de… «cualquier tiempo pasado fue mejor». Pues hagamos que cambie, tenemos el presente, ¿no es cierto? pues vamos a dinamizar entre todos un pueblo que lo tiene todo para que sus veranos sean los mejores!