La Iglesia de San Andrés Apóstol de Torrejoncillo, un Bien de Interés Cultural

La Consejería de Educación y Cultura da el pistoletazo de salida a los trámites para que la iglesia de San Andrés Apóstol de Torrejoncillo sea declarada como monumento de Bien de Interés Cultural. Con ello se reconoce su valor histórico-artístico y se protege jurídicamente por su singularidad.

Como el Conjunto Histórico de Coria, el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, los dólmenes de Valencia de Alcántara o el Teatro Romano de Mérida. Así, a la altura de todos ellos, nombrados jurídicamente como BIC (Bien de Interés Cultural), estará la iglesia de San Andrés Apóstol de Torrejoncillo.

Pero, ¿qué es un BIC? Un BIC no es más que una declaración por la que un bien mueble o inmueble pasa a ser declarado como patrimonio español protegido, amparado. Y esto, ¿qué supone? Entre otras muchas cosas, esto facilita la ayuda de subvenciones del Estado para sus restauraciones, que siempre han de estar autorizadas legalmente. Se convierte en algo totalmente público y facilita las investigaciones e inspecciones sobre el monumento.

Pero volvamamos la vista al nacimiento de todo ello. Al mando de nuestra iglesia (1550-1686, y completada en el S. XX con la capilla bautismal) estuvo Pedro de Ibarra, hijo de Juan de Álava, responsable por ejemplo de la catedral de Salamanca. De la actual, asentada sobre una antigua basílica que se quedaría pequeña, llama la atención la unidad formal causada por su lenta construcción. Para entenderlo, conviene recordar el ‘mal trago’ económico por el que atravesaba la región, hecho que se ve reflejado en edificios como este.

 Se presenta como un templo de gótico inicial con algunos toques renacentistas, aunque si bien es cierto que su construcción se dilataría y mucho en el tiempo. Al entrar y alzar la vista, destaca la bóveda de la nave central con molduras y ruedas decorativas, así como el arco escarzano del coro que presenta una fantástica luz y esbeltez. A lo lejos, el retablo de cascarón muy abigarrado, muy amplio, compartimentado y con grandes columnas salomónicas, el cual se lo debemos al salamantino Nicolás de los Reyes. Además, está considerado como uno de los retablos de mayor embergadura de la provincia de Cáceres.

Tras él (y haciendo las veces de un retablo primitivo), están las pinturas de Juan de Ribera que abordan el tema de la Crucifixión, con figuras como María, el arcángel Gabriel, San Antonio Abad o San Francisco de Asís. Ya en la sacristía encontramos otras representaciones pictóricas tratando el mismo tema y donde destaca la figura de San Andrés entre las dos escenas desarrolladas.

Del S. XX y de vida curiosa es la Capilla de la Madre del Amor Hermoso. Veremos. El 19 de octubre de 1858 se inicia su construcción, fruto de ese nuevo culto a María que se venía gestando aquí años atrás, aunque la tradición mariana ya era muy conocida en el pueblo. La torrejoncillana impulsora del proyecto y supuesta nodriza de Alfonso XII, María Gómez “La Novilla” le pediría ayuda económica a Isabel II, con la cual entablaba cierta amistad. La reina aportó 20.000 reales (una cuarta parte de la construcción, que alcanzó la cifra de 84.207 reales), pero las obras sufrieron muchos parones a causa de la falta de dinero. A la cabeza de su levantamiento estaría el arquitecto del Obispado, aunque se deuda de ello. Contribuiría también el maestro albañil local Antonio Núñez.

Complementa todo ello las imágenes de la Virgen Dolorosa, Cristo Yacente, Virgen del Carmen, Nazareno, María Inmaculada o Jesús Resucitado. Cabe destacar las restauraciones que han venido gestando desde inicios de este siglo, las cuales han aportado un aire estético renovado así como una mejora de los materiales constructivos, que gran parte de ellos se encontraban en horas bajas.

Finalmente, expondremos la resolución que se recoge en el  DOE: “La localidad de Torrejoncillo (Cáceres) cuenta con diversos elementos de interés patrimonial en su localidad, tales como ermitas y cruceros. Pero es, sin duda, su iglesia parroquial, el elemento de mayor interés patrimonial de la población.(…) Por ello resuelvo incoar expediente de declaración de BIC (…) que se encuentra descrito en el Anexo, en la categoría de Monumento, para el reconocimiento y protección de este elemento del patrimonio cultural extremeño.”