Ojos de andar la tierra
«Vivimos en la tierra como si tuviéramos otra a la que ir» Terry Swearingen
Habremos de mirar con ojos de andar la tierra, si queremos conservarla para el futuro.
Es bien sabido que la tierra no nos pertenece; aunque a veces parece que no lo queremos entender. Estamos aquí de paso y sólo tenemos derecho a usarla de manera responsable.
Deberíamos saber escuchar su voz. Ella nos habla a través de sus criaturas. Y aunque parezca que todo esto es invento de algún poeta borracho de versos, esos mensajes son reales. Nos llegan en el trino de los pájaros, en las gotitas que se irisan con los primeros rayos del sol, en las orquídeas silvestres que, entre basura y cristales parecen recordar tiempos mejores, en las miles de abejas desorientadas por libar de flores envenenadas que nos están llamando la atención sobre el comportamiento tan salvaje de los que nos denominamos “seres humanos”.
En uno de mis paseos por el campo, me llamaron la atención unos cercos quemados alrededor de los olivos. No me cabe en la cabeza que los agricultores, esos profesionales que siempre he considerado padres del campo, estuvieran haciendo aquella barbaridad con la tierra que les da y nos da de comer.
Hoy en día, el utilizar herbicidas está a la orden del día y hay quien se cuelga la mochila sin pizca de escrúpulo. Para muestra, un botón: al parecer, según las estadísticas, se consume tanto glifosato, principio activo-agresivo, presente en el 90% de los herbicidas, como cocacola. Una escucha esto y no puede evitar sentir un escalofrío desagradable por la espalda.
Glifosato que se echa por todas partes, porque el tal principio es de lo más efectivo. Por esta razón también vemos cómo ha surtido su efecto en las cunetas que rodean nuestro pueblo. Debe ser que así nos ahorramos el jardinero y además, como aquí importa un bledo que el pueblo se vea hermoso y decente, pues venga tres tazas del tal glifosato y se acaba en un suspiro el tener que pagar un sueldo para limpiar cunetas de malas hierbas, flores y lo que se tercie. Y si algún animal o niño se intoxica, pongo por caso, pues mala suerte…o se matan tropecientas abejas, total que más da.
La Organización Mundial de la Salud, que a veces como que no lo tiene demasiado claro a la hora de publicar sus informes, unas veces dice que cuidado con el glifosato que puede ser cancerígeno y otras, que es posible que no sea para tanto. Digo yo que ante la duda, mejor prevenir.
Celebro que la Asamblea de Extremadura haya votado a favor de que esta comunidad que habitamos esté libre de glifosato, a iniciativa de Podemos y respaldada por PSOE y Ciudadanos, el PP siempre pasa de estos temas porque dicen sus cabezas pensantes que también puede ser cancerígeno el consumo de café y carnes rojas y aquí estamos todavía…en fin allá ellos.
Algunos se estará preguntando qué hacer con las malas hierbas . Que yo sepa, éstas han existido desde siempre y de toda la vida ha habido métodos para mantenerlas a raya: desbrozar, meter animales para que den buena cuenta de ellas, labrar y preparar la tierra con mimo y echándole tiempo, utilizar herbicidas menos agresivos …
Me duele pensar que una tierra como la nuestra que ha vivido siempre por y para la agricultura y la ganadería, se haya apuntado a estas prácticas tan agresivas y nos estemos cargando la naturaleza y sólo porque parece que el campo cada vez nos importa menos y que no tenemos tiempo para lo importante. Y lo importante no es otra cosa que mirar la tierra que pisamos con amor y respeto, con las manos dispuestas para cuidarla y no para envenenarla. Sólo adoptando esta actitud y sabiendo que lo que hacemos a la tierra nos lo hacemos a nosotros mismos nos aseguramos un futuro armónico entre hombre y naturaleza que falta nos hace.
Mª José Vergel Vega
Hace tiempo lleve un articulo al alcalde y al colegio informando sobre el glifosato( Es el principal componente del herbicida más vendido del mundo. Está en nuestros parques, cultivos y alimentos. Y ha sido clasificado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como “probablemente cancerígeno para el ser humano» en paises como Frandia ,ya lo han prohibido) porque cuando lo leí, no daba crédito que se pudiese usar como un producto normal,con las consecuencias que conlleva usarlo,caso omiso; y año tras año veo como se sigue usando,y lo que les gusta utilizarlo transformando nuestras cunetas rotondas, paseos, parques ,patio escolar (este año todavía no se ha curado (envenenado) etc de verde a marrón, y estaba recabando información (la que no se publica) para hacer un articulo :Eestamos contribuyendo al enriquecimiento de una de las compañias que mas daño esta haciendo al planeta: el glifosato es el principal componente del herbicida denominado Roundup, que ha sido desarrollado por Monsanto, y es uno de los productos que mayores beneficios le genera a la compañía. Millones de hectáreas de tierras de cultivo, e incluso parques y aceras, se rocían con Roundup cada año para matar las llamadas «malas hierbas». Y acaba llegando también a los productos con los que nos alimentamos……cuando aparece tu escrito como preámbulo.Un abrazo
Gracias por tus amables palabras. Me duele la desidia con la que tratamos el medio que nos rodea , claro que si tratamos así a nuestros semejantes, no es de extrañar. He leído la última entrada de tu blog y he de decir, aunque esto ya lo pensaba, que eres un ejemplo de político decente y luchador . No puedo hacer otra cosa que darte las gracias por tu valentía, así es como debiera trabajarse en política, con la verdad por delante y con decencia. Si todos los que ahora mismo nos gobiernan o nos desgobiernan, que una ya no sabe, se condujeran con la mitad de decencia y dignidad otro gallo nos cantaría, pero parece ser que interesa mantener al gallo mudo.
Me apunto esa frase tuya: «No importa, al menos podremos abrir las ventanas»
Gracias siempre.
Si entras en mi blog, la última entrada va sobre el mismo asunto pero con mayor trascendencia inmediata. El blog de Pedro. Compara y me dices.
Sigo habitualmente lo que escribes y son muchos de tus relatos los que me sorprenden pero este me parece de una sensibilidad que para si la quisieran los más fervorosos defensores del medio ambiente. Gracias.